Dentro del gran sistema paradógico empresarial, en el que la tecnología avanza más rápido que las propias personas, se hace necesario tomar el rumbo del barco de forma diferente.
La información dentro de las organizaciones, hasta hace unos años, era el valor intangible al alcance de muy poc@s y siempre sesgada y tamizada por las diferentes esferas organizacionales. A día de hoy toda esa información, la que se genera internamente y la que nace de los procesos internos, está a disposición de tod@s los integrantes de la misma, con el fin de hacer organizaciones más “inteligentes operacionalmente”.
“Sólo la información adquiere importancia cuando se comparte”
Según las nuevas modificaciones de la Norma UNE 9001, el liderazgo, la toma de decisiones y la gestión de riesgos son los tres pilares fundamentales sobre los que se sustenta el sistema de calidad, por lo que ninguno de los tres se puede acometer con garantías, si la información no fluye multicanal y multidireccionalmente dentro del seno de las organizaciones. Es además necesario computerizarla y registrarla para ser auditada.
El Liderazgo
Si bien no es una cuestión que deba estar asociada directamente con el ejercicio de un cargo de autoridad, es una competencia que a día de hoy prácticamente es exigible y deseable para tod@s l@s miembros de la organización. No se concibe un equipo en el que cada uno de sus integrantes, al menos, no posea alguna de las cualidades necesarias para asumir el liderazgo natural y la responsabilidad de abanderar proyectos, acciones y funciones dentro de un marco cada vez más dominado por la información. Una información que, en muchos casos, es difícil gestionar, controlar, procesar y que se encapa entre nuestros dispositivos electrónicos, capaces de gestionar miles de datos para cerebros que, simplemente, se están adaptando neurológicamente a una gran cantidad de estímulos.
Liderazgo Líquido Digital
En las organizaciones se necesita un liderazgo transformador, cercano y emocional de cara a mantener la sinergia evolutiva del factor humano y, paralelamente, guiar en el rumbo digital con anticipación, carisma e inteligencia operacional desde el conocimiento aplicado digital.
Dicho de otro modo, los nuevos Líderes Digitales son capaces de crear, gestionar y procesar información en tiempo récord que, además, atañe a aspectos tan neófitos como la emocionalidad digital, una emocionalidad que proviene de la estimulación de los diferentes canales sensitivos, a través de la cual la experiencia se convierte en algo fácil y accesible a través de una pantalla. Lo que en la nueva era podremos denominar alexitimia digital.
Algunas de las características digitales que distinguen este modelo de liderazgo son:
Capacidad de Análisis Digital
Implementación de Rastreadores de información
Dotación de Medios para Gestión de Riesgos Digitales
Capacidad para la Toma de Decisiones Basadas en datos (UNE 9001)
Almacenamiento Big Data y Cloud Computing
Implantación Sistemas inteligentes de Avance Situacional
Modelos de Desviación y Corrección Digital de Errores y Fallos de Proceso
A día de hoy, el Liderazgo Digital pasa por ser más un nuevo modelo y herramienta de Mando y Control, enfocado al rendimiento y la productividad, que un modelo inspiracional.
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